Frase de la Semana

"Maestro, ¿qué hacía antes de iluminarse?
Acarreaba agua y cortaba leña.
¿Y cuando comenzó el sendero del Zen?
Allí, el acarrear agua y cortar leña ya no significaban nada.
Y ahora, ya iluminado, ¿qué hace?
¡Acarrear agua y cortar leña!".


lunes, 25 de mayo de 2009

El observador y las interpretaciones

Entre las tantas lecturas que estoy leyendo, le he dedicado un poco más de tiempo a "Ontología del Lenguaje" de Rafael Echeverría, quien la verdad, no hace nada fácil el digerir, procesar y finalmente entender lo que pretende decir. Estoy en el capítulo de "Acción y Lenguaje", donde el centro de éste es que somos nuestras acciones, y nuestras acciones son de acuerdo a como somos, interpretamos las cosas, las conversaciones, y a las personas, de acuerdo al observador que cada uno es.

En eso estaba, tratando de entender esto de interpretar según el observador que somos, cuando llegó el día de reunirme como mi grupo de estudio, el cual forma parte del programa de formación como Coach Ontológico, guíado por un Coach y un Coach asistente (ambas mujeres). Esto fue el pasado miércoles 20 de mayo, y la Coach no hizo hacer un ejercicio notable, donde finalmente entendí eso de interpretar a partir de mi propio observador, a partir de mi historia personal, y a partir de las conversaciones internas que tengo conmigo mismo.

Entendí porque la gente que miente, cree que todos mentimos, que los que roban, creen que todos roban, que los infieles, creen que todos son infieles, que aquellos que no son generosos, no creen que otros sean generosos, y así infinitamente.
Increíble como el otro puede ser un ejemplo de mí mismo, o verme reflejado en él. Increíble como una persona puede tener distintas descripciones, a partir de quien haga la descripción de ella. Es decir, puedo tener tantas interpretaciones de mi persona, como observadores la interpreten de mí.

Ahora entiendo porque nos cuesta tener conversaciones poderosas, porque no nos damos cuenta que podemos aprender de nosotros mismos a partir de lo que otros hablen o interpreten de nosotros, pues nadie realmente escucha al otro, y el dejar de escuchar al otro, nos imposibilitamos de abrir la frontera de posibilidades del observador que cada uno es, y por lo tanto, perdemos la oportunidad de tener nuevas oportunidades de aprendizaje.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonita distinción!!!

Romi Matiesen dijo...

Mmm, que bonito eso de poder vernos en los otros. Trataré de hacer el esfuerzo de observarlo.

Carmen Ortúzar dijo...

Mmmmm, muy cierto. Una vez nos tocó hacer el ejercicio de describir a otra persona basándose en lo que él mismo decía de él. Fue muy interesante ver el resultado pues cada uno interpretaba la autodescripción a su manera. Incluso hacíamos comentarios que nunca había dicho el susodicho... O sea, lo escuchado depende mucho de cómo cada cual percibe e interpreta al otro.
Intersante.
Qué bueno que tengas estas páginas para conocerte mejor e ir sabiendo de tus andanzas por tu infinito mundo interior. Tendrás muchas gratificaciones aunque otros tantos no te comprenderán.
Un beso